domingo, 18 de enero de 2015

Viejos recuerdos

No Hace falta que aclare que no sé escribir, nunca lo hice, pero hoy los invito a tomar un café y en rueda de amigos contarles algo de mi vida- puede que sea un relato muy común, pero es mi pequeña historia, parecida a otras tantas…


Casa muy antigua,  una puerta de entrada marrón oscuro, con molduras, un gastado escalón de mármol donde me senté mil veces. Zaguán decorado con azulejos pintados con paisajes, una puerta a mi izquierda que daba entrada a la relojería de mi abuelo y luego, siguiendo derecho por el zaguán, la puerta cancel por donde se va directamente a un patio largo con baldosas rojas, un techo a lo largo y varias y delgadas columnas negras sosteniéndolo supongo. Este patio tiene muchas macetas antiguas sobre la mano derecha y, del otro lado, unos  escalones de madera sosteniendo muchas macetitas..Sobre ese costado están seguidamente las habitaciones de mis abuelos, la de mi mamá y mía y seguidamente, la pieza de mi tío Vinicio (nombre que mi abuela y una amiga sacaron de una novela, Quo Vadis?,  asi que ambas señoras les pusieron los nombres de los personajes principales, Ligia y Vinicio, a sus recién nacidos hijos).  Y sigo con mi paseo por el recuerdo. Luego un baño grande sin bañera, sólo un tacho de buenas dimensiones. La puerta del baño da a un patio que en mi recuerdo era de adoquines alisados o algo parecido, baldeado y limpio, como toda la casa. Este patio, con su techo tachonado de uvas violáceas, y donde estaba la cocina a leña (económica se decía), una mesa, sillas donde se comía en invierno, porque cuando hacía calor lo hacíamos en el susodicho patio de las uvas. Yo era muy chica (una nenita) porque muchas veces mi mamá me bañó en la piletita de la cocina donde el ambiente era más cálido y, ¡lo que son los recuerdos!, aunque sean remotos, la pileta estaba un poco saltada y yo decía que eran hormiguitas.
¡Mi mamá!!!! ja-ja--- Una vez pasó por Moreno una manga de langostas y yo recogí  un manojo, sujetas por las patitas (sin hacerles daño, creo y espero) y se lo llevé a ella ,ja.ja!!! como un ramillete de flores. Ante el espanto de mi progenitora, que se encerró en la cocina. ¡Cielos, qué traviesa que era, a pesar de mi cortísima edad!  ¿Dónde está Martita? Martita, seguro andaba por los techos o subida en los árboles. ¡Tengo viejas cicatrices de mis andanzas!!!! Caídas de paredes, de bici, de árboles etc,,,…Pero todas mis aventuras tenían su cuota de imaginativo argumento- jugaba a que era este u otro personaje creado por mi infantil imaginación y también influenciada por las películas que veía (colada) en el cine Paris, que estaba a pasos de mi domicilio y a donde me dejaban entrar gratis, También jugaba en la plaza Mariano Moreno, que estaba y está frente a la que fue mi casa. Tenía un mundo para jugar y fantasear porque podía  ir a todas partes sin peligro.,,,, ¡Continuará!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Mi casa… A mi me parecía un lugar  increíble, donde podía desarrollar mi imaginación sin molestias y sin interrupciones,…y mis travesuras. En el gallinero me rompí la nariz corriendo al  gallo! Bien, me alegro por el asustado animalito que no sufrió daño alguno!!!! En ese entonces, nadie me enseñó que un animalito no era un juguete, no sé en qué pensaban los antiguos respecto a los animales. En mi casa recuerdo haber visto perros durmiendo en alguno de los patios, incluso  en invierno, No recuerdo que me dijeran que un animal es un ser maravilloso, ¡no una cosa!!!! La gente era muy ignorante al respecto, por mas buena y generosa que fuera, y yendo atrás en el tiempo, “los sabios” creían que no teníamos alma ¡las mujeres y los animales! Y paro aquí porque me está enojando el tema!!!!!
Yquiero escribir sobre mi abuelo, ¡MI ABUELO!!!!! Llegó desde Italia  “Reggio Emilia” contando 18 años, con su papá, ambos la profesión de joyeros, no sé cómo es la cosa, creo que el hermano de mi bisabuelo ya estaba instalado en Bs.As. y los ayudó a abrir una próspera joyería, De ahí en adelante, todo fue muy bien. Se casó con una linda chica de ojos celestes (que fue mi abuela) y tuvieron  tres varones y una niñita, que viene a ser mi mamá. Vivían muy holgadamente porque estaban en una magnífica posición (recalco esto porque después la vida les dio un vuelco) y se desató la guerra en Europa. Esto no lo tengo claro y no tengo a quién preguntar, la cuestión es que las joyas no se vendían y en su lugar aparecieron las alhajas de fantasía y en ese entonces mi abuela se enfermó gravemente y aconsejaron un cambio de aire y así fueron a parar a Moreno. Ahí mi abuelito compró un hermoso chalet en el campo, muy cerca del núcleo principal del pueblo, y puso un establecimiento de gallinas de raza. Ja abuelo!!! No sabías nada del ramo avícola y te guiaste por consejos  de algún vecino, ante la titánica voluntad de cuidar a tu familia. ¡Dios te bendiga, abuelito!!! Y siguió la vida…Los hermanos de mamá se hicieron amigos de los muchachos del lugar y había uno que era brillante y seductor,  engatuzó a la que iba a ser mi progenitora y se enamoraron, se casaron y LUEGO  nací yo. Bueno, ya estaba en este mundo. Al mes de vida mis padres se separaron y mi mamá se quedó conmigo en la casa de mi abuelo.  PAPITO, siempre lo llame así porque mamá lo llamaba de esa manera, ¡PAPITO!!!! Nunca conocí un hombre tan bueno, siempre me trató de maravillas, no porque aparentemente me llevaba el apunte (siempre estaba ocupado) sino porque siempre estaba atento a lo que yo quería o necesitaba (nunca me faltó nada). Para ese entonces mi abuelo se fundió con su criadero de aves y perdió el chalet y como no podía ser de otro modo para un guerrero, alquiló una casa en el pueblo y comenzó de nuevo,  con una esposa enferma, tres muchachos que después encontraron sus destino y una hija con un bebé ¡YO! Mientras tanto, mi abuelo, que era buscavidas, ja, yo salgo a él, habiendo perdido todo, abrió un negocio, una relojería, y afinación de instrumentos de música. Él conocía el tema y tocaba varios instrumentos. Como era muy capaz inmediatamente le empezaron a llegar los clientes. Mientras yo seguía creciendo y cuando tenía cuatro años, murió mi abuela. Y el tiempo siguió pasando. Cuando yo tenía ocho o nueve años, apareció una mujer en la vida de mi abuelo  y mamá decidió irse de la casa, rumbo a Mendoza, donde ya estaban los hermanos. Acá empieza otra historia,,,,